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En los tiempos que nos toca vivir, hemos podido atestiguar la transformación de nuestro planeta en diferentes frentes; uno de ellos -determinante- es el crecimiento de la población, desordenado en algunas regiones y escaso en otras.

Estos cambios, aunados a otros fenómenos, han dado como resultado diferentes impactos sobre la vida no tan solo de la humanidad sino de otros seres con los que compartimos este espacio vital y único, es lamentable que frecuentemente lo hacemos de manera poco adecuada, poco cuidada y menos programada.
Si bien con el advenimiento de nuevos recursos en pro de la salud humana y de descubrimientos magníficos se han controlado y hasta erradicado diferentes males, es un hecho que en la actualidad se enfrentan otros retos en los que estamos aún lejos de señalar que se han vencido. Para muchas condiciones, el desafío está presente y lejos de ser controladas.

El progreso de la ciencia y la tecnología -vertiginoso durante el Siglo XX-, el advenimiento de diferentes recursos y servicios en favor de la salud, así como el progreso de la comunicación, difusión y divulgación del conocimiento, acarrearon innegables beneficios a la humanidad, si bien no necesariamente al ecosistema.

Como uno de los resultados más significativos de este conjunto de hechos destaca el envejecimiento global de la población; en media centuria de años se ha logrado prácticamente duplicar el tiempo de vida promedio del ser humano y el Siglo XXI apunta a ir más allá: ya no es raro constatar la presencia de personas que rebasan el siglo de existencia y no necesariamente en malas condiciones generales; la región del Lejano Oriente se constituye como un buen ejemplo. Sin embargo, el grueso de la población sufre hoy los embates de esta 'prolongación de vida' de diferentes maneras. Las enfermedades no transmisibles han ocupado y engrosado las estadísticas inobjetablemente, como actores principales en la morbilidad y la mortalidad humana. Hace un siglo no era así; había viejos, sí, pero no en la cantidad en la que los hay hoy.

En países como México -ahora denominados 'emergentes'- la lección fue dura... Durante el siglo pasado la mortalidad materna e infantil, los procesos infecciosos en general y algunos trastornos metabólicos diezmaban la vida. Las malas condiciones sanitarias y la poca educación en general y para la salud campeaban y explicaban estos resultados. Poco preocupaban o se conocían las complicaciones crónicas de la hipertensión arterial, de la diabetes mellitus o de las coronariopatías; los tumores -sobre todo los malignos- mostraban una incidencia menor, y ello era, en buena medida, por la corta expectativa de vida de la población en general. Sobrepasar el primer año de vida o no morir en el parto eran ya casi 'un milagro'; las estadísticas dan fe de ello.

Coincidieron muchos factores para cambiar este perfil epidemiológico y demográfico. Si bien los antimicrobianos establecieron un hito de contraste brutal en la morbilidad, también el advenimiento de otros recursos como la insulina, los antihipertensivos, los antineoplásicos -por mencionar algunos-han puesto lo suyo, todo ello en aras de prolongar la vida y ganar en bienestar. Pero aun con estas alternativas, las condiciones de vida y desarrollo poblacional distan mucho de ser los idóneos: se prolonga la vida, sí; pero no necesariamente el bienestar. Ya existen hiploglucemiantes efectivos e insulina, y sin embargo la diabetes mellitus sigue siendo letal, ahora debido a sus consecuencias crónicas.

Las dos décadas de la presente centuria han enfrentado otros retos: las enfermedades crónicas, 'degenerativas' catalogadas ahora como no transmisibles. Entre ellas, destaca la osteoartritis. Esta condición afecta a más de tres cuartas partes de la población mayor de 70 años de edad; más a las mujeres que a los hombres, pero con equidad en las molestias y consecuencias de la misma. Si bien se ha considerado como un mal de 'los viejos'; hoy se reconoce su presencia desde la cuarta y quinta décadas de la vida, esto con mayor o menor impacto clínico; más aún, puede afectar a jóvenes que por sus características profesionales o de salud general están expuestos a ello.

La osteoartritis sale cara; la 'pagan' los pacientes y sus familias, los servicios sanitarios -públicos, privados y sociales-, así como las empresas y organismos gubernamentales. La osteoartritis suma gastos exorbitantes a
los de la diabetes mellitus, a las enfermedades del corazón e hipertensión arterial, al cáncer y a todas sus consecuencias. Y si, conforme a las tendencias actuales, la población sigue en aumento y la duración de la vida también, estos desórdenes y sus complicaciones serán mayores. La pregunta es entonces ¿qué hacer?; en las acciones de educación, formación de buenos hábitos y la prevención efectiva hay buena parte de la respuesta.

La osteoartritis duele y mucho; incapacita e impide el bienestar básico, personal, familiar y social. Lamentablemente no se cuenta con una 'terapia omnipotente' que cambie la situación fácilmente; sin embargo, en la actualidad existen diferentes recursos para su tratamiento y mejora consistente, así como el conocimiento para su prevención, oportuna identificación y tratamiento. De esto trata este libro: "Prevención y manejo integral de la osteoartritis; la experiencia en México". En su contenido, el lector encontrará información útil y actual sobre esta enfermedad.
Inicia con la reflexión sobre el 'tener o padecer' la enfermedad; ya que frecuentemente este aspecto se soslaya; la tendencia actual de las organizaciones líderes en este problema mira hacia estos aspectos, y éstos se incluyen en el capítulo correspondiente a la taxonomía propuesta por la OARSI.

Aspectos como la epidemiología global, regional y local, así como sus diferentes impactos sobre la población y sus economías; los factores de riesgo, los mecanismos fisiopatológicos y la presencia de síntomas y signos de la enfermedad se abordan con la actualidad y profundidad que merecen. Los diferentes recursos que para la prevención y el manejo integral se incluyen en los siguientes capítulos, entre los que se destacan el manejo actual no solo de la osteoartritis, sino las comorbilidades que frecuentemente le acompañan y complican su situación. La revisión objetiva tanto de los analgésicos como de los agentes gabaérgicos disponibles, indicados y probados, así como la de los agentes que -no exentos de controversia- previenen o modifican el curso de la enfermedad se abordan en el texto. También se ocupa una buena parte de la obra al necesario abordaje multidisciplinario, entre los que la medicina de rehabilitación destaca como inobjetable para todos los casos.

La práctica de actividades deportivas -profesionalmente o como afición- se ha destacado como un claro factor de riesgo para padecer osteoartritis, aun prematuramente. Estos aspectos se revisan en este texto, y se destacan diferentes acciones para la prevención, cuidados específicos y tratamientos ante lesiones de origen deportivo.

Es un hecho que los recursos quirúrgicos se constituyen como fundamentales pero inalcanzables en muchos casos y por diferentes razones. Su indicación y ventajas, sus complicaciones y resultados se abordan con base en experiencia probada y amplia revisión de la literatura.

Con este libro, la actual Mesa Directiva del Colegio Mexicano de Ortopedia y Traumatología, AC (CMO) agrega méritos a la trayectoria académica y científica de nuestro gremio. El tema es vigente dada su frecuencia e impacto en muchos frentes. Se convocó a distinguidos ortopedistas miembros de nuestra organización, quienes, desinteresada, pero comprometidamente respondieron al llamado y enriquecieron la obra. También debo reconocer el apoyo inobjetable y destacado de varios colegas reumatólogos, quienes con su experiencia y calidad académica engrandecieron la obra. Complementa el equipo de autores un médico general, un internista, un médico rehabilitador y terapeutas; líderes todos ellos en sus respectivos campos de ejercicio profesional y académico. En la sección "Sobre los autores", encontrarán la semblanza curricular de estos, insisto, destacados colegas. Nuevamente mi reconocimiento y agradecimiento.

Destaco la participación del Dr. Rolando Espinosa Morales, connotado médico reumatólogo, amigo y compañero en diferentes proyectos académicos y para la investigación. Inobjetable líder de la reumatología mexicana y regional, participó de manera muy comprometida, entusiasta y profesional en esta obra de la que es co-editor.

Como Presidente del CMO, hago una mención muy especial al laboratorio Asofarma de México SA de CV; en particular a la Lic. Livier Gómez Adame, quien decididamente apoyó el proyecto desde su inicio. Sin su soporte financiero y su comportamiento ético irrestricto, esta obra no habría sido posible.

Por último, agradezco a la empresa ASECOM Asesores en Comunicación Médica Editorial, SA de CV su invaluable respaldo y soporte para el desarrollo y la coordinación editorial, que hicieron posible la exitosa culminación de la obra.

Considero que este documento: "Prevención y manejo integral de la osteoartritis; la experiencia en México" enriquecerá objetivamente la práctica clínica de toda la comunidad médica; todos, en algún momento profesional o de vida, enfrentaremos a la osteoartritis. Su mejor conocimiento seguramente redundará en nuestros pacientes.

Dr. José Manuel Aguilera Zepeda
Presidente Colegio Mexicano de Ortopedia y Traumatología, AC
Otoño de 2016

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